jueves, 23 de junio de 2011

Centro Histórico





Centro Histórico Del Distrito Federal
Por Karla Laborde y Pablo Guadarrama
Hoy hablaremos sobre tres diferentes lugares muy importantes del centro histórico del Distrito Federal. El primer lugar del que hablaremos es el Templo Mayor, el segundo es La Iglesia de La Profesa y por último la Casa de Los Azulejos.
El Templo Mayor
Un sábado cuando el cielo azul parecía recién lavado, mi papá y yo fuimos bastante temprano para descubrir lo que queda de la gran Tenochtitlan, antigua capital de los aztecas, ciudad de maravillosos palacios, grandes templos, sobre la cual los españoles construyeron la Ciudad de México.
Hoy en día, el Templo Mayor se encuentra en el Centro Histórico de la Ciudad de México, a un lado de la Catedral Metropolitana pero en el pasado el Templo Mayor y el Recinto del Templo Mayor fueron el centro de la vida religiosa mexica. Y ahí se juntaban los aspectos más importantes de la vida política, religiosa y económica de los mexicas.
Iniciemos nuestro recorrido por las grandes pirámides, con los templos de Tláloc y Huitzilopochtli, Tezcatlipóca, Quetzalcóatl, el área del Juego de Pelota y Tzompantli, con el fin de regresar al pasado.
La primera cosa que encontramos fue una gran maqueta del Templo Mayor en nuestro camino. El Gran Teocali fue construido en el centro de Tenochtitlan y era un lugar sagrado.  El Templo Mayor medía alrededor de 500 metros de largo por cada costado y en su interior existían 78 edificios. Su construcción se hizo en siete etapas y con el paso del tiempo el templo alcanzó una altura aproximada de 60 metros
Ya en el corredor del lado poniente, es decir el paralelo a la Catedral, pudimos ver dos grandes cabezas de serpiente, y un poco más allá un altar chiquito con dos ranas (figuras asociadas a Tláloc, Dios del Agua o de la lluvia), una serpiente con el cuerpo ondulante y otras cabezas de serpiente que adornan la plataforma.
En el segundo corredor paralelo al anterior, encontramos una escalera doble y en su cima dos templos; el de Huitzilopochtli, dios de la guerra, a la derecha, y el de Tláloc, dios de la lluvia, a la izquierda. Sólo los sacerdotes y las víctimas del sacrificio podían subir las escaleras y llegar a la cima del templo donde se encuentra todavía la piedra de los sacrificios, llamado el téchcatl. Cuando una víctima era sacrificada, su cuerpo era arrojado debajo de las escaleras.
No sé si han visto la película "Apocalypto", pero cuando vi el téchcatl reviví los imágenes de sacrificio y podía imaginar el miedo, el rugido del pueblo y el olor metálico de los ríos de sangre. Uno se da cuenta de la importancia de Huitzilopochtli para los mexicas: la guerra y el tributo como parte fundamental de la economía.
En frente del templo de Tláloc hay un chac-mool y aún más sorprendente hay todavía pintura en los murales dentro del templo.
Creo que es importante notar el Templo de Ehécatl que tiene una forma circular y era dedicado a Ehécatl, el dios del viento y una de las formas de la Serpiente emplumada Quetzalcóatl.  El año pasado arqueólogos encontraron una nueva etapa de la construcción. Desafortunadamente, no se ve muy bien y no puedes bajar.
El Templo de Ehécatl estaba ubicado en un lugar privilegiado; frente al Templo Mayor. Su entrada tenía la forma de unas fauces de serpientes. Para los mexicas, este dios representaba al viento que atraía las lluvias y producía la agricultura.
El Templo Mayor fue destruido por los conquistadores españoles y Cortés ordenó su demolición para construir sobre las ruinas los cimientos de la capital de la futura Nueva España.
Mi viaje en el pasado me llevó no solamente a las ruinas históricas pero también me transportó a una época perdida a través de piedras que tienen distintas imágenes grabadas y esculturas como la piedra de sacrificios.
El lugar cuenta con un museo de sitio el cual fue inaugurado el 12 de octubre de 1978, y demuestra la vida y muerte, agua y guerra, que son símbolos de Tláloc y Huitzilopochtli.
En la primera sala se encuentram tres tipos de ofrenda: ofrendas dentro de pequeñas cámaras; dentro de cajas de piedra con su tapa; y en el relleno de piedra y lodo que se hacía para cubrir una etapa del templo y construir otra encima.
En la segunda sala vimos los esqueletos de cuatro sacerdotes que fueron enterrados frente a la imagen de Huitzilopochtli además varios instrumentos musicales, cuchillos, mascaras de jade. El monolito en donde nació Huitzilopochtli me pareció sumamente interesante. También me gustó el diseño de la maqueta porque era muy claro como estaba el centro de la ciudad de los aztecas.
La sala dedicada a Huitzilopochtli me llevó más a un ambiente de la grandeza del Templo Mayor porque había piezas relacionadas con Huitzilopochtli. Las más interesantes para mi eran Huehuetéotl, dios viejo del fuego, que vivía en el centro del universo, y Mayahuel, diosa del maguey y el pulque, que era una bebida ceremonial. Dos guerreros águilas que se encontraron en el lado norte del Templo Mayor, en la Casa de las Águilas, hechos en barro y miden 1.60 metros de altura.

En la sala de Tláloc, el señor del agua y la fertilidad nos recibió en forma de olla azul, símbolo de fertilidad. Había también pequeñas esculturas de los Tlaloque que ayudaban a Tláloc en mandar la lluvia a la tierra, y una escultura de un caracol.

La Sala 8 nos llevó hacia Mictlan, un espacio pequeño donde encontrábamos dos impresionantes figuras de barro, de tamaño natural, que representan a Mictlantecuhtli, Dios de la Muerte y Señor del Mictlan. Todas estas piezas fueron halladas en 1994, en la entrada de la habitación norte de la Casa de las Águilas.

Salimos del museo en forma de caracol (una vez que entras no puedes salir hasta que terminas) y empecemos la larga caminata hacia el estacionamiento. Estábamos cansados pero estábamos felices porque habíamos compartido un día e ideas fabulosos.


Templo de la Profesa
Cerca del Templo Mayor se encuentra el Templo de la Profesa, pero ¿qué tiene de especial este templo religioso, tomando en cuenta que en el Centro Histórico hay uno en cada esquina? Bueno, fue construida entre 1714 y 1720 por el arquitecto Pedro de Arrieta. Esta iglesia jesuita es un lugar en donde la gente solía orar y practicar sus creencias, la cual sigue siendo un lugar para estas mismas acciones, es de estilo barroco tal como La Iglesia de San Juan Bautista, ubicada en Coyoacán o también como La Iglesia Del Carmen, ubicada en Avenida Revolución.
Cuando fui a la Profesa me di cuenta de que no era solo una simple construcción, sino una magnífica obra de arte muy compleja y bella, es muy alta y espaciosa, lo que hace que debas hablar en un tono bajo porque se escucha por todo el lugar. Está llena de decoraciones como arcos de piedra, estatuas de ángeles y símbolos religiosos como dos santos que están a los lados del cura y un personaje divino arriba de él.
El conjunto tiene una forma de cruz como cualquier otra iglesia.

La Casa De Los Azulejos
Fue hace tiempo un palacio que se construyó en el siglo XVI por un arquitecto desconocido. Este palacio solía ser la residencia de los Condes del Valle de Orizaba hasta el siglo XIX en el cual se convirtió el Club de Jockey de México, poco tiempo después se convirtió en la Casa del Obrero Mundial. Hoy en día es un lugar público para que la gente pueda venir a comer aquí, Es una construcción de estilo barroco. Cuando fui a la Casa de Los Azulejos se me hizo muy original el hecho de que en vez de pintura o cualquier otro tipo de coloración de la construcción usaran mosaicos (Azulejos) de color azul. Algo decepcionante es que la gente pasaba junto a la Casa de Los Azulejos de manera regular, sin darse cuenta o pensar "Oh! estoy junto a un monumento de mi propio país..." Está llena de azulejos, lo que la resalta tanto y aparte es un monumento bello inclusive en su interior.
Esperamos que nuestro reportaje sea de su agrado y que se tomen un tiempo para visitar estos lugares.


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