Xochimilco y sus hermosos alrededores
Por Marie-France González y Natalia León
Las aguas de Xochimilco
¡Me la pasé tan bien en este hermoso lugar, y me divertí tanto! Hace tanto tiempo que no me subía a una trajinera y que no daba un paseo en los canales de Xochimilco, pues la última vez que lo hice era una niña, y había tenido una mala experiencia, la cual no me gusta recordar. Por suerte, esta vez me gustó mucho y seguramente voy regresar con mucho gusto.
Llegamos un lunes en la mañana, muy alegres, con nuestras cámaras listas. Aunque tuvimos algunos problemas en el estacionamiento. Nos encontrábamos enfrente de muchas trajineras, eran alrededor de las 12:30. En esta experiencia fuimos a Xochimilco y nos subimos a una trajinera muy bonita que se llamaba “México”, claro que antes compramos un raspado, porque hacía mucho calor. Yo escogí un raspado de limón, mi favorito, y mi compañera escogió uno de fresa. Estaban deliciosos.
En Xochimilco hay nueve embarcaderos para poder disfrutar y navegar con tranquilidad: puedes dar agradables paseos con tu familia y amigos. Antiguamente los embarcaderos servían para que los campesinos trabajaran sus cultivos. Estos embarcaderos fueron fundados en 1986. Luego fueron remodelados y ahora cuentan con un mercado de artesanías, uno de comida y un estacionamiento muy amplio.
Normalmente las trajineras de comida se ponen al lado de la tuya, por lo cual puedes escoger la comida que se te antoje. Hay quesadillas, elotes, helados, y una gigantesca variedad de bebidas. Pero también puedes llevar tu propia comida. También hay trajineras de mariachis: ellos te pueden tocar una canción típica de México. Nosotras pedimos que tocaran “Perfume de Gardenias”, una canción que nos encanta y que nos pone de muy buen humor. Puedes celebrar tu cumpleaños u otro tipo de evento, y ¡los mariachis estarán ahí para cantarte “Las mañanitas”! Les preguntamos a algunas personas lo que pensaban sobre este embarcadero y nos dijeron que les encantaba venir con su familia y pasar mucho tiempo juntos.
Después de dar un paseo muy lindo, el cielo empezó a nublarse, y un frío tremendo nos envolvió, por lo cual tuvimos que cubrirnos. Poco tiempo después, empezó a llover, pero no mucho, solo unas cuantas gotas. Por suerte este fuerte viento y la lluvia no nos arruinaron nuestro paseo, porque nos la estábamos pasando demasiado bien y seguimos navegando en las aguas de Xochimilco.
En Xochimilco, hay muchos invernaderos y puedes hacer una parada en el que tú quieras. Entonces puedes comprar flores y otras plantas.
En el recorrido de los diversos canales, puedes observar “La isla de las muñecas”. Esta isla es una zona de árboles que tienen muchas muñecas que cuelgan de las ramas. Estas muñecas se han convertido en un amuleto para algunas personas y en terror para otras. Estos juguetes, dicen, sirven para ahuyentar a los malos espíritus y mejorar los cultivos. La leyenda comenzó cuando un campesino mexicano apareció ahogado en su chinampa y algunas versiones cuentan que fueron las muñecas quienes lo mataron.
Flores por aquí, flores por allá
El Mercado de Flores de Xochimilco es un lugar muy colorido y alegre en el cual puedes encontrar una gran variedad de bellísimas plantas y flores. Este mercado está muy completo: tiene plantas, macetas, y hasta tortugas como mascotas. Descubrimos que generalmente son los vendedores quienes producen y traen las flores, además de venderlas. En este mercado hay gardenias, buganvilias, azaleas, frutales, entre muchas otras. También aprendimos que una de las flores que la gente más compra es la buganvilia y que el mercado está lleno de gente generalmente los sábados y domingos. Caminamos durante una hora, viendo todas las hermosas flores. Preguntamos por algunas hierbas como menta y tomillo, y compramos unos churros porque teníamos mucha hambre. Le preguntamos a algunas personas que pensaban del mercado, y hubo muchas opiniones pero una nos gustó bastante: “Yo vengo muy seguido a este mercado, me gusta mucho comprar plantas porque es muy grande y puedes encontrar mucha variedad de flores”. El mercado nos gustó mucho, tomamos fotos hermosas y nos divertimos. Aprendimos que las plantas no solo sirven de decoración, también son utilizadas para la darle un toque especial a algunas comidas típicas de México y para hacer remedios curativos para las enfermedades. Después de regresar caminando al automóvil decidimos ir al Museo Dolores Olmedo.
Xochimilco: lugar de cultura
¡Pero qué lindo museo! En la delegación de Xochimilco, en la Ciudad de México, se encuentra el Museo Dolores Olmedo Patiño. Después de la visita al Mercado de Xochimilco fuimos a este museo.
Un poco de Historia
El lugar tiene mucha historia: antes de que se colonizara América, vivió en este terreno Apochquiyauhtzin, el último rey xochimilca. Pasó algo de tiempo y se convirtió en algo diferente: este museo era antes la Hacienda de la Noria que fue construida durante el siglo XVI. Tiempo después, durante la Revolución Mexicana, los Zapatistas ocuparon este lugar pues estaba abandonado. En 1962 Dolores Olmedo compró la propiedad de 6000 metros cuadrados, con todo y sus jardines. Ella vivió ahí hasta 1992. Luego decidió donarlo al pueblo mexicano junto con su colección de arte. El edificio fue acondicionado para convertirse en museo. Se inauguró en 1994. Hasta ahora, el museo alberga las colecciones de arte de su fundadora, la señora Dolores Olmedo.
Dolores Olmedo y Patiño Suárez fue una coleccionista de arte mexicana. Se le considera como una musa de inspiración de Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco, lo que la convierte en la imagen de la típica mujer mexicana. Fue una de las más grandes coleccionistas de la obra del pintor mexicano Diego Rivera.
Nuestra bonita experiencia
Por fin, llegamos el lunes a la avenida México número 5843, colonia La Noria. Dejamos el coche en el estacionamiento que el museo convenientemente tiene y llegamos a la puerta. Pero al llegar ¡descubrimos que el lugar estaba cerrado! Le preguntamos a una persona y nos explicó que el museo sólo abre de martes a domingo de las diez de la mañana a las seis de la tarde. Fue una gran decepción pero no fue muy grave. Al día siguiente, el martes, llegamos puntuales a las diez de la mañana. El boleto sólo nos costó cinco pesos pues éramos público nacional: los nacionales pagamos 5 pesos y los extranjeros cincuenta y cinco.
Entre la entrada principal y las salas, hay unos jardines coloridos y floreados que causan placer a los ojos. A lo largo del camino, hay puestos de artesanías y dulces dónde puedes comprar lo que te guste. También tienen unas enormes plantas de agave ¡son impresionantes! Comenzamos a caminar por un ancho camino y ¡encontramos que había unos preciosos pavorreales sueltos por los jardines! Íbamos a jugar con ellos pero huían cuando nos acercábamos así que no pudimos hacerlo. También descubrimos que en los jardines tienen xoloitzcuintles, que son unos perros típicos de México. Es raro que estos perros nativos no tengan pelo pero son muy tiernos y se ven muy amigables. Hay también una estatua de la señora Dolores Olmedo en honor a su fundadora.
Después de visitar los jardines llegamos por fin a las salas. Hay doce salas con muchas obras tan interesantes unas como las otras. Como ya lo había mencionado antes, el museo contiene la colección de arte de Dolores Olmedo. Esta está conformada por pinturas, dibujos y objetos que pertenecieron a Diego Rivera, pinturas de Angelina Beloff y Frida Kahlo, piezas de arte prehispánico y piezas de arte popular como máscaras y cerámicas. Hay 139 piezas de Rivera y 25 obras de Kahlo lo que convierte al museo en la más grande colección de obras de Diego Rivera y Frida Kahlo de México. También cuenta con 43 pinturas de Angelina Beloff, más de 600 piezas prehispánicas y muchas piezas de arte popular. Lamentablemente, dentro de estas salas, las fotos están estrictamente prohibidas: al principio no vimos los carteles que explicaban que no se podían tomar fotos así que tomamos una; el policía de vigilancia que estaba en el turno nos pidió la cámara y tuvimos que borrar la imagen. Fue desolador porque era una muy bonita foto. Pero bueno, las reglas son las reglas.
Además de esto, se puede ver la antigua cocina de la hacienda que, al parecer, se considera una obra de arte pues fue hecha con la técnica de la Talavera. La cerámica de Talavera está compuesta principalmente de barro del río. Se usa para modelar vajillas, fuentes y, en este caso, para la elaboración de los azulejos. Según los visitantes del museo, la cantidad de azulejos es impresionante. Ellos dicen que la cocina se ve preciosa y, en mi opinión, está despampanante.
Todo lo mencionado anteriormente puede ser visto todo el año, son exposiciones permanentes. Pero también hay salas para exposiciones temporales, es decir que cambian conforme a la época del año, o simplemente se decidió que serían exhibidas por un tiempo nada más. Nosotras fuimos por principios de noviembre así que estaba expuesta una representación de la historia pero en lugar de representar a los personajes como si estuvieran frente a ti, en carne y hueso, les quitaron la piel y les dejaron el hueso: eran los esqueletos con accesorios representativos! Hay muchas personas que vienen más o menos cada mes sólo para ver qué nueva exposición hay. Y es que todas valen mucho la pena.
Los fines de semana y en algunos días festivos, se organizan eventos varios. Pueden ser desde obras de teatro hasta conciertos de música, tradicional a más contemporánea, pasando por presentación de cortometrajes y muchas más actividades. No pudimos asistir a ninguna pues no nos podían llevar el fin de semana hasta Xochimilco pero hubo un taller de hacer calaveritas que nos encantó a todos los que asistimos.
Terminamos nuestra jornada en el museo, maravilladas y a la vez exhaustas: hay que caminar bastante para ver todas las salas. No sabíamos que nos esperaba una bonita sorpresa. En México, hay un transporte público llamado Tren Ligero y hay una estación muy cerca del museo, la estación Xochimilco. Cuando nos subimos al coche, pasó a lado de nosotros el tren ligero. Nosotras saludamos a los pasajeros y ¡ellos nos devolvieron el saludo! Fue un lindo gesto que nos devolvieran el saludo y sólo hizo nuestra experiencia en el museo aún mejor.
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