jueves, 23 de junio de 2011

Deporte en la ciudad

Ambiente al máximo, recuerdos imborrables

¿Tienes idea de lo que esconden un estadio y una alberca?


¡Dos colosos, aunque usted no lo crea!


¿Aficionado al deporte? Aquí te presentamos un amplio reportaje para que conozcas más de estas bellas estructuras.

El Estadio Azteca

El césped había desaparecido. Miles de metros como de una suerte de piso cubrieron la cancha. Encima, montones de gente, aparatos de luz y sonido. Un enorme escenario digno de un coloso casi con cincuenta años El Estadio Azteca, me dice Alma Centeno, “es de una notable belleza que perdura”.

Llegó desde muy temprano, como muchos otros miles, para tomar su lugar. No era para menos: el segundo de tres conciertos de la banda U2, verdaderamente impresionante. Mi padre y yo nos acomodamos en nuestros asientos ya más cerca de la hora de inicio del concierto. La vimos sola. Así que decidí preguntarle algunas cosas. Cuando le cuestioné que cómo notaba el Azteca, me respondió con una sonrisa “Me haces recordar que es uno de los estadios más grandes del mundo, me emocioné al leer que este día estaremos ¡más de cien mil personas!” Cabe recordar que al Azteca le caben alrededor de ¡105 mil personas!

Cuando le pregunté que si sabía quién era el arquitecto que lo diseñó, me respondió con entusiasmo diciendo “ ¡Es toda una celebridad!” Sin duda Pedro Ramírez Vázquez, que por cierto acaba de cumplir sus 92 años, no sólo ha hecho el Estadio Azteca si no también el Museo de Antropología. El estadio se comenzó a hacer en 1962 y después de cuatro años, se inauguró el 29 de mayo de 1966. Su construcción respondió al propósito de la Copa mundial del futbol de 1970. Sin duda es importante por la cantidad de concreto que se empleó: más de 42 mil metros cúbicos. Una de las cosas más resaltantes que me pareció fue que, se había calculado gastar 95 millones de pesos, pero al final se gastaron ¡más de 200 millones de pesos! (de esos años, por supuesto).

Alma me comentó algo que me pareció muy interesante “Este estadio se significa no sólo por su enorme capacidad, por lo que llaman la isóptica, ciencia que permite al espectador ver muy bien desde cualquier lugar”.

 ¡Aunque no todo es fútbol!

El estadio Azteca, no es sólo utilizado para los partidos de futbol, a los que acudo muy seguido por que soy fanática del América. Si no también ha sido sede de importantes eventos como el concierto de Michael Jackson, Elton John y U2. Aunque también, fue sede de la llegada del Papa Juan Pablo II, si no mal recuerdo en 1999. Cabe agregar que como vivo cerca de aquí me ha tocado ver como algunas religiones se reúnen en el estadio. Le pregunté si había venido a otra clase de eventos, por lo que me contestó: “Me ha tocó ver la pelea del legendario campeón de boxeo, Julio César Chávez contra el ex campeón del mundo, Greg Haugen, en 1993”.

La felicidad de haber albergado una copa mundial

Otro dato curioso, que me llama mucho la atención fue que, el azteca no sólo se habían disputado muchos campeonatos nacionales. Si no que es el único estadio que a albergado dos finales del Mundial. En 1970 y 1986, respectivamente.

Aunque el Azteca haya sido sede ya dos veces, me da tristeza por quizás ya nunca más vuelva a serlo de una Copa del mundo este espacio apodado “el coloso de Santa Úrsula”.


ESTADIO OLIMPICO UNIVERSITARIO

El 7 de agosto de 1950 inició la historia. Ese día, en el Pedregal de San Ángel, se colocó la primera piedra de lo que hoy es el majestuoso Estadio Olímpico Universitario.
El Estadio Olímpico Universitario es uno de los estadios más bonitos e importantes de la capital donde juega mi equipo favorito, los Pumas de la UNAM, este equipo acaba de ser campeón el pasado 22 de mayo de 2011, se llevaron la séptima Copa de fútbol.  Ese día la banda de Ciudad sonaba muy fuerte y la afición se emocionaba cada vez más. Ese día fueron aproximadamente 62 mil aficionados.
El ambiente antes de un partido
Esa misma mañana desde muy temprano los cláxones sonaban por toda la calle, la gente empezaba a llegar con banderas, playeras y otras cosas con el escudo del equipo favorito. El ambiente era muy festivo pues la gente estaba muy emocionada.
En la entrada del estadio me encontré con un aficionado llamado Fernando, le pregunte sobre lo que pensaba del estadio, y me respondió amablemente: “Es un estadio hermoso, donde también puede haber otros eventos deportivos.” Y tiene razón el Estadio Olímpico también es usado para atletismo.
Una semana antes hubo otro partido en donde tuve la oportunidad de pasar por  los túneles luego por los vestidores hasta poder pisar la cancha y después tomarme la foto con el equipo. Fue una experiencia inolvidable.
El Estadio Olímpico Universitario le pertenece a la Universidad Nacional Autónoma de México. Es el segundo estadio más grande de México después del Estadio Azteca.
Instalaciones
Lo empezaron a construir el 7 de agosto de 1950, increíblemente participaron más de 10 mil obreros, este estadio se construyo en 8 meses y fue abierto al público  el 20 de noviembre de 1952. ¡Cuánto me hubiera gustado estar ahí! Por la tarde de ese mismo día fueron en el estadio los II Juegos Juveniles Nacionales.
El estadio tiene lugar para 68 mil 954 espectadores y tiene lugar para 2 mil 618 vehículos en el estacionamiento. Desde afuera se puede ver que está decorado por un mural que está hecho en relieve, este es titulado como "La Universidad, la Familia Mexicana, la Paz y la Juventud Deportista" Muy hermoso por cierto. En su construcción estuvieron 70 obreros, albañiles  y 12 pintores y arquitectos. Su dimensión es de 105 x 68 m.
El Estadio Olímpico fue uno de los escenarios de la copa mundial de 1986 en México como también de la olimpiada de 1968.
Al final del partido me encontré con otra aficionada llamada María, le pregunté si le había gustado el partido y también si venía seguido al estadio, ella me respondió muy entusiasmada: “Me gusto mucho, lo mejor es el ambiente de las porras. Yo vengo cada que juegan los Pumas porque es mi equipo favorito”. Eso también es muy cierto el ambiente es increíble!
Alberca Olímpica

Imborrables los juegos del 68


 “Quién iba a imaginar que junto a un río iba a estar una albercota”, suele repetir la abuela cada vez que cruzamos a bordo del carro de papá las avenidas División del Norte con Río Churubusco. “Y además, que la entrada fuera sobre una calle que honra al general revolucionario Pancho Villa”.

Tiene razón, porque en el año de 1968, la ciudad era otra y la guerra ya no existía. “Recuerdo la emoción que nos envolvió al entrar por primera vez a la Alberca Olímpica. Caray, qué grandota la vimos. Un mar bajo techo. Y la gente, miles echando porras por igual a mexicanos que a competidores de otros países”, me cuenta Pedro Iñiguez, como de unos 70 años. Lo encontré en uno de los pasillos mientras esperaba a su nieta, que viene dos veces por semana a practicar clavados: “Sueña con ir a alguna olimpiada”, dice con orgullo el señor Iñiguez “Esta alberca es un patrimonio de todos, por eso hay que cuidarla”, añade y, le digo “es fenomenal”.

Amplia construcción

Y es que ser sede de unos Juegos Olímpicos no es algo fácil que se pueda repetir. Además que en el año 68, el gobierno tuvo que construir, al igual que el Estadio Azteca, casi todas las instalaciones para las competencias. Como también los departamentos para hospedar a los deportistas, que se conoce como la Villa Olímpica y que hoy en día están ocupadas por familias.

Diversas instalaciones

Mientras el señor Iñiguez seguía dando vueltas en el pasillo, me acerqué a una muchacha de unos 20 años. Le pedí su atención, me presenté, y anoté su nombre: Remedios Valdés. Ella también esperaba, pero a su novio, que es entrenador de natación. “Cada vez que vengo y puedo mirar las instalaciones, oler el cloro, ver brincar el agua, pienso en todos aquellos que aquí se han formado o la han pasado bien. Creo que es nuestra responsabilidad hacer buen uso de la alberca, preservar este espacio como si fuera un monumento histórico”, expresó con convicción.

Por que la alberca, además de que cuenta con un gimnasio donde fue sede de competencias de voleibol, tiene piletas de reposo, baños de vapor y cuartos de masaje. Cuando entré por primera vez, me di cuenta de lo enorme que era. Cómo no, si tiene 5.20 metros de profundidad. Una de las cosas más impresionantes, fueron los trampolines de 3 m. Pero no solo eso, si no que además cuenta con plataformas de 6.5m y 10 m. La alberca olímpica cuenta con una capacidad de 10,000 espectadores, de los que 5,000 asientos son desmontables.

Después de estar largo rato, recorriendo estas bellas instalaciones, me puse a pensar que hubiera sentido de haber sido yo en aquel octubre del 68 una de las competidoras o una gente del público, que en ese caso hubiera gritado “¡Viva México!





                                          

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